Vamos a revisar dentro del mundo de la producción de plantas aromáticas y medicinales la paradoja de la sostenibilidad de nuestros queridos aceites esenciales e hidrolatos.
Más importante aún, cómo identificar un aceite esencial e hidrolato realmente sostenible y qué implicaciones eso tiene para un consumidor, sea profesional o no.
Seguramente en algún círculo de amig@s, charlas, talleres, café o infusión hemos enfrentado una idea sobre los aceites esenciales que es la siguiente o alguna variación:
“Necesitamos mucha cantidad de kilos de planta para poder sacar pocos mililitros de aceite esencial, haciendo el producto poco sostenible”
Está de moda la frase esa y en cierta lógica circular, podemos entender la facilidad de sentirse bien regurgitando ese argumento. En todos los instantes yo sigo el hilo de la conversación con la persona que lo haya dicho:
Dicho eso, siguiendo la lógica circular, nada es sostenible… Quizás la línea discusión deberíamos derivarla al “cómo se produce” y no encerrarnos a la idea que un producto, en el caso de los aceites esenciales, es sinónimo de no sostenible por la cantidad de materia que necesitamos.
Es un tema complejo, tejido con una mala interpretación de conceptos y visiones de diferentes sectores, lejanos del tema central que es la producción. Para ser más precisos la tierra, hasta hoy, cuando se habla de producción y sostenibilidad pocas son las veces que se habla directamente con el agricultor/a cuando en realidad son las personas más cercanas al tema en discusión.
Para empezar tenemos que tener una base donde podemos homogenizar nuestras ideas. Miremos primero algunas definiciones de la palabra en cuestión. Teniendo una base donde tod@s podemos construir el argumento nos ayudará a comprender que está pasando.
En Wikipedia:
En ecología, sostenibilidad o sustentabilidad describe cómo los sistemas biológicos se mantienen productivos con el transcurso del tiempo. Se refiere al equilibrio de una especie con los recursos de su entorno. Por extensión se aplica a la explotación de un recurso por debajo del límite de renovación de estos
En la Real Academia Española:
sostenible
1. adj. Que se puede sostener.
2. adj. Especialmente en ecología y economía, que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente.
Naciones Unidas:
Se define «el desarrollo sostenible como la satisfacción de «las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades». (Informe titulado «Nuestro futuro común» de 1987, Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo), el desarrollo sostenible ha emergido como el principio rector para el desarrollo mundial a largo plazo. Consta de tres pilares, el desarrollo sostenible trata de lograr, de manera equilibrada, el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente.

Ahora bien, la intención de la palabra tiene sus raíces en la ecología y no en nuestro concepto de sociedad, dando paso a la primera encrucijada ¡el mercado global!
Sin entrar en detalles y conceptos profundos de economía, lo único que tendremos que entender es que cualquier producto que se vende en el mercado global nunca será sostenible ¡no se puede escapar de esa realidad!
Para poder “acceder” al mercado global hay que tener producciones industriales, sea ecológicos o no. La producción industrial simplemente tiene un objetivo y es sacar el máximo de rendimiento para sostener la demanda.
Una producción industrial sostenible, es sostenible dentro de la visión de la producción industrial, pero nunca de la visión de la ecología, eso es el cruce de caminos que tenemos que entender.
Volviendo a los aceites esenciales, la demanda sigue creciendo y continuará porque los consumidores quieren más productos naturales o los productos contienen substancias naturales. Eso significa que cada vez hay más producción industrial de aceite esenciales, donde se puede puntualizar que nunca serán sostenibles esos aceites esenciales.
Tengo que mencionar que la producción industrial no es inherente de algo malo y que tenemos que dejar de hacerlo por completo. La problemática viene, que de momento casi todo que consumimos viene de la producción industrial, el mejor ejemplo para visualizarlo sería:
Piensa en una balanza de dos platos, en un lado tenemos la producción industrial y el otro el local. En pleno siglo XXI que vivimos hay 5 kilos en el lado industrial y 1 kilo en el local, significando que el lado con más peso tiene mayor impacto en nuestra sociedad. Si el rol fuese al revés, el daño producido por la producción industrial sería algo que la producción local podría asumir y regenerar.
Entonces, ¿qué es un aceite esencial sostenible?
Un aceite esencial sostenible solo podrá venir de una producción agrícola que realmente trabaja con los límites de los recursos naturales y vuelve a reponerlos, como por ejemplo;
la agricultura regenerativa, la agroecología, la permacultura, la agricultura natural de Masanobu Fukuoka… son todos enfoques agrícolas que entienden muy bien la ecología y de cómo crear un ecosistema donde el entorno y el ser humano puede tener un beneficio sin perjudicar las futuras generaciones, además tiene como objetivo, crear abundancia para las futuras generaciones…
Hay una “pega” con la sostenibilidad, la producción independiente del tamaño de la explotación siempre será consumida localmente (nacional) y de temporada, es otro tangible que no se puede escapar, ya que entrar en el mercado global o industria mundial significa no ser sostenible.
La triste realidad ahora mismo es que dentro del mundo de las plantas aromáticas y medicinales, yo personalmente desconozco de otras fincas fuera de la nuestra, salvo uno en Australia, que sigue esa línea de agricultura regenerativa. No significa que no existe, simplemente no lo sé dónde están o que se enfoquen principalmente en plantas aromáticas como nosotros.
Al contrario, con productos alimentarios, existen y continúan a aparecer cada vez más fincas o granjas que sigue esa línea de agricultura regenerativa, de fincas pequeñas de menos de 1 hectárea hasta 200 hectáreas o más.
Globalmente esa “nueva” generación de agricultores está más consciente que nunca sobre la insostenibilidad de nuestros medios de producción, y ahí están luchando para cambiar eso.
Para concluir, no quiero dejar nadie sentirse mal con la compra de aceites esenciales. Seguramente al abrir la nevera o despensa nos encontraremos con la misma sensación con todos los productos que compramos.
Lo más importante ahora, ¡es estar consciente de lo que consumimos! El primer paso de la transición a un consumo sostenible es ser crítico y cuestionar de cómo son producidos esos productos.
No siempre en nuestras vidas, sea por las razones que sea, vamos a poder comprar todo sostenible. Sin embargo, haciendo pequeños pasos podemos lograr sustituir gran parte de los aceites esenciales que tenemos por aceites esenciales e hidrolatos realmente sostenibles.
Colaboración de
Kurt Arruda
Co-fundador de Savia Íbera. Agricultor apasionado por el suelo, agua y la ecología. Asesor de Permacultura
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